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LA ESCUELA WALDORF: UNA CURRÍCULA QUE VA DE LA MANO CON EL DESARROLLO REAL DE LOS NIÑOS

Cuando se habla de escuelas, usualmente nos referimos a un sitio en donde se da instrucción académica a los niños, en una estructura de avance basada en las necesidades sociales, económicas y hasta políticas de las sociedades en una época determinada de la historia. Así, la enseñanza se sustenta en los conceptos aceptados -no necesariamente validados- de las diferentes sociedades en el mundo, los que no necesariamente son uniformes para todos. Este modelo de educación es unilateral, homogenizador y, las más de las veces, termina por apabullar la esencia de los niños y de los jóvenes a lo largo de sus años escolares, reduciendo la experiencia escolar a mecanismos de preparación para el mercado de trabajo imperante.

Con estas ideas en mente, varios pedagogos fueron proponiendo alternativas más humanas, más integradoras a partir de finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Montessori, Vigotski, Freinet, Pestalozzi, Fauré y hasta Freire -por mencionar a algunos-, realizaron valiosos aportes a la evolución de la pedagogía, pero todos basándose en el racionalismo cientifisista surgido con el enciclopedismo y la revolución industrial. Es en ese entorno que nace la alternativa de Rudolf Steiner, sustentada en una concepción integral del ser humano: somos seres espirituales haciendo un recorrido de vida en esta Tierra. Así, a partir de sus postulados antroposóficos y, a pedido de un grupo de personas interesadas en ello, Steiner desarrolla la Pedagogía Waldorf, basado en el auténtico desarrollo evolutivo del niño y del joven. La Pedagogía Waldorf dota al niño y al joven de los elementos vivenciales y cognitivos que le permitan construirse sus propios conceptos, mirando hacia sí mismo a la vez que a su entorno social, buscando un equilibrio entre desarrollo personal y bienestar para la humanidad.

Para poder explicar la evolución individual y social del ser humano y sus necesidades físicas, emocionales y espirituales, Steiner desarrolló una comprensión profunda de nuestra realidad, desde antes de llegar al nacimiento y hasta nuestra muerte física, estableciendo postulados que hoy han venido siendo validados uno a uno por la ciencia contemporánea y los avances en investigación apoyados en la alta tecnología. Para Steiner, nuestro paso por la vida está enmarcado en procesos de siete años -los septenios-, que presentan características específicas, requerimientos determinados y una observación diferenciada. En la Pedagogía Waldorf, la vida humana es concebida como un proceso constante y sistemático, que tiene sentido en si misma y que debe ser apoyada -especialmente en los tres primeros septenios- por una verdadera formación que permita al individuo ser pleno, saludable, ávido de conocimiento y de amor por su existencia, la de los otros y la del cosmos entero.

En el primer septenio, el niño requiere que los adultos en su derredor le confirmen con sus actos que el mundo es un lugar bueno para estar, que a pesar de todo lo que podamos encontrar de negativo, estamos en una experiencia única, donde podemos ir al encuentro de lo positivo, de lo constructivo, de lo social, y crecer confiados de ello. Para el segundo septenio, los adultos a cargo debemos procurar que el niño sienta realmente la belleza del mundo, en toda su expresión, así como que se forme en lo interno una clara idea del bien y del mal. En el tercer septenio el énfasis está en fomentar, permitir y promover que los niños y los jóvenes encuentren la verdad a través de las leyes de la naturaleza, de la estética y del pensamiento lógico-concreto expresado en las matemáticas y en el análisis correcto de los hechos del mundo.

Hoy día, en el mundo entero, la Pedagogía Waldorf es el modelo pedagógico de mayor crecimiento, ya que desde que se funda la primera escuela en Stuttgart en 1919, en este año 2023 -a pesar de la pandemia de coronavirus-, en el mundo entero hay más de 1000 centros educativos de primaria y secundaria, más de 2000 jardines de infancia y cerca de 5000 iniciativas en camino de constituirse en escuelas. Existen centros de formación de maestros en todos los continentes y, a pesar de tratarse de escuelas independientes y libres -algunas incorporadas a los sistemas oficiales, otras no-, en la Sección pedagógica del Goetheanum (sede de la Antroposofía mundial) se registra a las instituciones que cumplen con los precisos lineamientos que esta pedagogía requiere para ser llamada Waldorf. Hay un listado mundial de las escuelas reconocidas, accesible para quien quiera consultarlo (https://www.waldorf-100.org/fileadmin/redakteure/bilder/News/Waldorf_World_List-2.pdf), así como vasta bibliografía, videoconferencias y documentales de acceso público en los que se ofrecen los detalles de esta pedagogía humanista y científica que otorga respuestas a las necesidades reales de nuestro tiempo, tanto en lo individual como en lo social, para la humanidad entera.



2023-08-10 | 01:54:02pm

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